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Consejería de Educación. Junta de Extremadura
PLACA VIRGEN DE LA LUZ

Historia

                                               Historia de la Escuela en la villa de Cheles

                                               Fermín Mayorga

 

 PLACA CONSTRUCCION ANTIGUO COLEGIO

                

                           

 

 

 La historia de la enseñanza en la población de Cheles, es uno de los espacios a nivel local menos investigados y conocidos en nuestros días. La misión de esta pequeña cabecera cultural, en ésta página Web, es la de dar a conocer algunos movimientos desarrollados en la población en pro de la pedagogía local en determinadas épocas de su periplo histórico.

A finales del siglo XVIII, y debido a su situación, como tierra de frontera, Extremadura hubo de soportar no sólo las actividades bélicas en forma de muertes y destrucción de propiedades, sino también el mantenimiento en su suelo de un contingente de soldados, con los que había de colaborar y a los que había de mantener.

La enseñanza pública estaba totalmente desatendida por parte de las instituciones oficiales, con casi una cuarta parte de los pueblos sin escuelas, con dotaciones absolutamente insuficientes y con lugares en los que la enseñanza estaba en manos de personas incapaces.

A causa de la falta de cultura, el pueblo se halla sometido a unos pocos que se reparten a su antojo cargos y beneficios. Razón más que suficiente para que a finales del siglo mentado, se escriban en Extremadura cosas como las que siguen :

“Los más de los pueblos están incultos y no civilizados, tan rudos e ignorantes que aún carecen de los primeros rudimentos, procediendo todo esto a la falta de aplicación por carecer de maestros de primeras letras, ya que con dificultad se encuentra uno entre muchos lugares; y como sin este preciso requisito no pueden cultivarse aquellos entendimientos rudos, éstos crían sin discernimiento y nunca pueden distinguir lo que fuese mas ventajoso para ellos, redundando por esta razón un claro perjuicio al vecindario”[1]

 

El 30 de mayo de 1790, Carlos IV firmaba la disposición legal por la que se establecía una «Audiencia Real en la Provincia de Extremadura con residencia en la Villa de Cáceres». Una de las primeras tareas de la nueva institución fue la composición en 1791, de un interrogatorio con 57 preguntas sobre la economía, estado, sociedad…de cada pueblo, para que las autoridades municipales, los eclesiásticos y algunos particulares informaran y aportaran propuestas y soluciones a los problemas.

Cheles en estas fechas tuvo que contestar a dichas preguntas, y en materia de escuela y enseñanza se decían cosas tan dramáticas y aparatosas como éstas :

“En Cheles no hay más escuela que una y esa es de un aficionado y de caridad, y éste por tener dos hijos se ha dedicado a la enseñanza de los que quieren ir, enseñándoles la doctrina y primeras letras”[2]



[1] Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Coria. Mérida: Asamblea de Extremadura, 32.

[2] Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Badajoz. Mérida: Asamblea de Extremadura, 768.

Terrible tuvo que ser la situación cultural para la inmensa mayoría de vecinos del municipio, sobre todo, porque esta importante masa de residentes nunca pudieron tocar ni oler el encanto y la fascinación que encierra el siempre hechizante y seductor mundo de los libros. Los únicos vecinos que tendrían acceso a la erudición y la sabiduría, como en casi todos los pueblos de la región, solían ser aquellos que disponían de un importante caudal económico con el que poder pagar una escuela a sus vástagos y herederos : de ahí que en Cheles, los pioneros ilustrados y avezados en el mundo de la instrucción, formación e ilustración, fuesen siempre los retoños y nativos de la casa del Señor de la Villa o Conde de Cheles o Via-Manuel.

Por lo tanto, nos encontraríamos a finales del siglo XVII, XVIII y bien entrada la centuria del XIX, con que la inmensa mayoría de los vecinos de Cheles, las únicas ciencias, conocimientos y pericias que recibirían para sobrevivir en tiempos de señoríos, serían las de la cara de la pobreza y la del magisterio o saber cultural que te dona la siempre servil y servicial madre Naturaleza.

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Casi a mediados del siglo XIX, parece ser que el mundo de la enseñanza en los niños de la población comienza a interesar a las autoridades locales, de ahí que se comience a buscar formulas para poder tener un espacio donde poder preparar y educar a los futuros hombres y mujeres del municipio. Cheles, busca y sugiere la necesidad de tener algún maestro para los niños de la población, y para ello proponía cosas como la que siguen :

“Cheles no tiene dotación ninguna para la enseñanza, y sería muy útil se estableciese para siempre, sacando su asignación de los propios y no alcanzando de nunca los arbitrios municipales, dando licencia para crearlos y sacarlos de los productos de las tierras de baldíos y de común aprovechamiento”[1].

 

. Dado que las aportaciones eran escasas en la villa para tal fin, lo que ocurría era que muchos maestros no podían subsistir sólo con lo que les proporcionaba su trabajo en la escuela y, o bien el educador duraba poco, o tenía que dedicarse a otras ocupaciones; razón más que evidente, para que a veces, la enseñanza fuese ejercida, como en el caso de Cheles, por maestros aficionados.

Será en el año 1845 cuando comencemos a encontrar los primeros documentos, donde ya sí se nos dice :

“Que la población de Cheles está formada por siete calles bastante anchas con el piso de pizarra viva, por cuyo motivo solo están empedrados algunos trozos, y la plaza de la Constitución, de figura cuadrilonga en la que se halla la casa del ayuntamiento, pósito y cárcel en un mismo edificio, y en la que hay escuela de primeras letras de niños, dotada con 3 reales para el maestro y á la que asisten 60 varones, y otra de niñas, dotada con 1,340 reales para la maestra y a la que acuden 50 niñas.[2]



[1] Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Badajoz. Mérida: Asamblea de Extremadura, 744.

[2] Historia de todos los pueblos de España. Censo, padrón y datos de 1845. Censo rústico y fiscal. Diccionario Madoz. Diccionario estadístico e histórico de los pueblos de España. Censo económico. Padrón. Fincas. Partidas de nacimiento. Parroquias

No se nos dice el lugar donde estuvieron ubicadas estas aulas escolares, aunque es fácil de predecir que fuese en alguna casa alquilada o en el propio palacio de los señores de Cheles.

La cultura educativa con esta nueva iniciación al desarrollo mental de los niños de la localidad, comenzará a dar sus frutos en conocimientos y sabiduría en los primeros retoños cheleros que tienen por formadores y pedagogos a un hombre y una mujer. Esa primera experiencia vivida en los que acudían por primera vez a la escuela de la villa, tuvo que ser un episodio del que los vecinos tuvieron que hablar muchísimo con sus hijos y próximos, una veces sentados en el umbral de las puertas de sus casas en las tardes y calurosas noches de verano, y durante los fríos y gélidos días de inviernos posados a la luz y el siempre gratificante y complaciente calor que trasmitía la poderosa reina de la noche, la candela.

Las personas que ejercían y desarrollaban la enseñanza por entonces, se les solía calificar como maestros de “primeras letras”, ya que en la escuela lo más esencial era la enseñanza de la doctrina cristiana, una iniciación a la lectura, el manejo de las cuatro cuentas aritméticas y la enseñanza de la escritura mediante muestras. La misión para el que enseñaba era clara, ya que ésta venía dictaminada por las leyes que entonces vertebraban la educación, donde lo que imperaba era el cometido de enseñar a leer y escribir. Los mismos hombres y mujeres que daban a conocer estas normas de enseñanzas, no tenían más estudios que un par de años de asistencia a una escuela aprendiendo como ayudante de otro maestro.

Las maestras a comienzos del siglo XIX eran prácticamente analfabetas: apenas poseían unos rudimentarios conocimientos. A veces sabían leer pero no escribir, y en cambio eran expertas en catecismo, en coser, bordar y cantar. Unos conocimientos considerados en aquel entonces suficientes para atender a las escuelas de niñas. Una de las primeras maestras cheleras que ejerció su profesión en la Villa de Cheles, fue Doña Melitona Ambrona, al menos eso es lo que se deduce en su expediente de jubilación donde se nos indica haber trabajado en la población como docente. Dicha maestra se jubiló por orden ministerial el día 3 de marzo de 1904.[1] A finales del siglo XIX, también hace acto de presencia un personaje de la localidad cercano a Doña Melitona Ambrona, quién va a hacer carrera universitaria en la capital de España. El nombre de éste personaje de la villa es el de Juan Díaz Ambrona, quién durante los años 1891 a 1897 estudió la carrera de derecho en la Universidad de Madrid. El expediente académico de éste alumno se encuentra en el Archivo Histórico Nacional, y él mismo dice lo siguiente de éste joven alumno :

 

“Expediente académico de Juan Díaz Ambrona, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Natural de Cheles (Badajoz). Licenciado en Derecho. Contiene documentos anejos y certificación académica”.[2]

 

A finales del siglo XIX, va a estar desarrollando su cometido como maestro de niños en la Villa D. Adrián Domínguez Casajuana, un avezado educador que se supo ganar el cariño de todos sus alumnos y de todo el vecindario de Cheles. Por esta razón tan característica y peculiar de tan carismático profesor, los escolares que con él aprendían decidieron homenajearle junto al pueblo y el Ayuntamiento, poniendo bajo la campana



[1] Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca digital.

[2] AHN. Universidades. 3891, exp. 19

del Cabildo Municipal una placa de mármol gris donde se podía leer más o menos : “Recuerdo de sus alumnos a D. Adrián Domínguez Casajuana, por su labor como docente en la escuela a finales del siglo XIX ¨ , (esta información está sacada del libro de Juan Herrera “Así era 1936-1950”; trabajo fundamental para la historia de Cheles que espero pronto pueda ser publicado).[1]

 

Dejamos la centuria del siglo XIX y nos situamos de lleno dentro del siglo XX. Las noticias que tenemos sobre la escuela en la Villa de Cheles nos la encontramos dentro del año 1907, donde se nos indica en un acuerdo plenario firmado por el Alcalde del momento D. Adolfo Díaz Ambrona, la siguiente información de una maestra que trabajó como interina años atrás. Quizás encontrándose sin trabajo la referida docente, ésta solicita por escrito el poder seguir ejerciendo su función como maestra auxiliar de una forma desinteresada, dando su aprobación para tal cometido la Corporación Municipal el día 24 de marzo del año referido :

“El Señor Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Cheles, dio cuenta de una instancia suscrita por Doña Joaquina Caballero Gutiérrez, maestra interina que fue de la escuela pública de niñas de éste pueblo, en la que solicita la auxiliaría gratuita de dicha escuela; de cuya instancia se dio lectura integra por mi el secretario. Enterado el Ayuntamiento de precitado documento y a propuesta de la Junta de Instrucción Pública, acordó juntado a las pretensiones de la interesada, nombrar a Doña Joaquina Caballero Gutiérrez auxiliar gratuita de referida escuela; cuyo nombramiento se le hará saber por la alcaldía para su conocimiento y demás efecto”.[2]

 

El día 6 de diciembre de 1914 siendo Alcalde D. Manuel Recio Troca, se va a celebrar una sesión pública ordinaria en el Ayuntamiento, donde el tema a debatir y aprobar va a ser el siguiente según forma literal :

“Acto seguido el propio Señor Presidente manifestó: próximo el día en que los maestros habían de tomar posesión de sus nuevas casas habitación así como el del traslado de las escuelas de niños, había que hacer el contrato de arrendamiento de dichos locales con el dueño de la casa, y como el referido dueño D. Alfredo Martínez Nogales no reside en éste pueblo, había que aprovechar la venida a esta localidad para firmar el citado contrato; el cual tienen convenido por tiempo de seis años a partir del día primero de enero próximo al precio de 350 pesetas anuales.

Enterado el Ayuntamiento y después de disentido el asunto se acordó: que bajo el tipo y tiempo expresado anteriormente, se lleve a efecto el mencionado contrato, autorizando para ello a D. Emiliano González Falcato, Regidor Sindico de éste Ayuntamiento para que, en nombre y representación de la Corporación Municipal concierte con Alfredo Martínez las condiciones de precitado contrato, y una vez hecho y autorizado por dichos señores se dé cuenta de él al Ayuntamiento”[3]

 Durante el inicio del nuevo siglo que estamos comenzando las escuelas de niñas estaban ubicadas en la casa propiedad del vecino Francisco Troca Angoña, a quién el Ayuntamiento pagaba 300 pesetas por el local alquilado en fecha 1 de octubre de 1916. En la sesión plenaria celebrada el 28 de enero de 1917, se acuerda lo siguiente por el Alcalde del momento D. Manuel Recio Troca :

FOTO PALACIO

 [1] Juan Herrera. Así era 1936-1950. Pág. 129.

[2] Ayuntamiento de Cheles. Libro de Sesiones Plenarias. Pleno de 24 de marzo de 1907.

[3] Ibíd. Acta se la sesión pública ordinaria del día 6 de diciembre de 1914.

 

“Acto seguido el Señor Presidente dio cuenta de la petición verbal hecha por D, Francisco Troca Angoña, para que se rescindiera el contrato hecho con el Ayuntamiento para el arriendo de la casa escuela para niñas, siempre que no hubiese perjuicios. El Ayuntamiento en virtud de que en la Casa Palacio de la Señora Condesa de Via Manuel en la que habita la maestra, se le ha posibilitado local para la escuela. Se acordó por unanimidad lo acordado y se pidió se recogiese el contrato que tiene firmado el Angoña”.[1]

 

Esta realidad nos va mostrando que la escuela y enseñanza en la población iban tomando cuerpo y responsabilidad a manos del Ayuntamiento, de ahí que durante los años 20, los años de la República y los postreros dictatoriales, la educación fuese ya un hecho consumado.Es por esos años veinte del siglo pasado, en los que D. José Muñoz Ruíz , alfabetizó a toda una generación , todos sus discípulos salían sabiendo escribir y las cuatro reglas , que para la época no era poco. Maestro menudo de estatura pero fuerte de carácter , casado con una chelera y apodado “ Figurita “ . A finales de los años veinte y más concretamente en 1927, va hacer acto de presencia en la localidad la maestra Doña Victoria Diez, quién se encargará de educar a las niñas del momento durante unos meses .

 

Durante la República, uno de las personas aficionadas a la enseñanza y que disponía de su tiempo libre para enseñar y educar a los niños del momento en la localidad, era Juan Angoña Rodríguez apodado “Jarrita “. Un personaje que quedó su huella y estela en la mayoría de los vecinos.

También habría que destacar en la década de los 40 , la figura de D. Manuel García Fernández , teniente de Carabinero retirado , que educó de forma integral a un nutrido grupo de niños.

 FOTO ANTIGUO AYUNTAMIENTO 

 Al comenzar la guerra civil los hombres mayor de edad tenían que ir al frente, por ese entonces D. Joaquín Rodríguez, maestro en la población, tuvo que dejar su escuela para ir a la contienda, regresando de nuevo a sus practicas docentes al término de la conflagración. Para sustituirle entonces vino Doña Eulalia, maestra que duró poco según las informaciones de Juan Herrera en su obra “Así era 1936-1950”, una profesora que fue capaz de ganarse el amor de los cheleros gracias a su entrega y respeto por los alumnos y padres de éstos. Mas tarde llegó Doña Emilia, una muchacha que podría andar por los dieciséis o diecisiete años, a la que D. Félix, maestro de niños de párvulos, le entregó a los más pequeños que tenía en su clase junto a los de D. Joaquín que éste había adquirido por la marcha de su colega al enfrentamiento nacional; quedándose D. Félix con todos los mayores.[1]La escuela de D. Félix estaba ubicada en la segunda planta del Ayuntamiento. Otros profesores que ejercieron como tales en la Villa fueron: Doña Josefa Colomo Acevedo, Doña Hortensia Rosón Prieto , Doña Engracia Gómez Gálvez y D. Félix García Martín .

 [1] Ibíd. Pleno 28 de enero de 1917.

Como hemos podido comprobar durante el artículo, las escuelas estaban itinerantes, ambulantes, unas veces en palacio, hora en esta casa, hora en la otra, en el Ayuntamiento etc. Va a ser a partir del año 1.957 cuando ya se le dé a la enseñanza en la población un lugar determinado que será hasta el año 2.006 en la calle la Cruz , allí permanecerá el colegio público “ Virgen de la Luz “ hasta su trasladó al nuevo y actual edificio ( 17 de Enero de 2.006 ).

Espero que esta crónica sobre la escuela en Cheles no pase desapercibida, ya que la historia es la mejor maestra, docente y educadora de todos los tiempos, pues ésta con sus reales vivencias documentadas, nos hace ver, pensar y desarrollar la evolución y trasformación de una determinada materia o realidad, para darnos y dejarnos con su peculiar estela, la idea que pretendemos tener en nuestro momento actual de un tema como éste. Internet y esta página Web, serán el baluarte y lanzadera para dar a conocer todas estas vicisitudes y acontecimientos escolares que se proyectaron y se fraguaron en la villa, sirviendo como plataforma para seguir investigando y aportando nuevas noticias y referencias históricas sobre éste fenómeno didáctico y pedagógico.

FOTO COLEGIO NUEVO 1


[1] Juan Herrera. Así era 1936-1950. Pág. 69.